La Dirección General de la Marina Mercante, aunque cada vez ocupa un puesto más secundario en la política española del mar, a pesar de haber tenido al mando a alguien que gozaba de la confianza de la ex ministra Ana Pastor y presidenta del Congreso de los Diputados, va a sufrir un cambio copernicano.
Rafael Rodríguez Valero, su hasta ahora director general, ha dado un sabio cambiazo para jubilarse en la Presidencia de la Autoridad Portuaria de Ceuta, hecho inédito en 40 años de política española, pero que ha acertado, desde su punto de vista personal, en la elección. De estar cesado ya, ha podido pasar a un retiro a sus 70 años, por lo menos para 3 ó 4 años más. Salvo que exoneren a José Torrado y vuelva éste como amigo del presidente de la Comunidad Autónoma, Vivas, a ser el presidente de un puerto español más longevo.
Rafael Rodríguez Valero, persona con poco ánimo para la disputa, mantuvo en el cargo personas de la anterior Dirección General, por lo que fue acusado de no haber hecho limpieza de socialistas, y posteriormente de haber sido el nido desde el cual se filtró el célebre borrador del Real Decreto Ley sobre la estiba que supuso el apartamiento de José Llorca como negociador del mismo y desautorizado por Pastor.
El Partido Popular tenía preparado, pero no llegó a consumar, el nombramiento de Víctor Jiménez como Director General de la Marina Mercante, de ahí que pasasen dos semanas sin su nombramiento. Jiménez, representante permanente ante la Organización Internacional Marítima, la OMI, se ha quedado compuesto y sin puesto.
Ahora nacen candidatos para este Dirección General de la Marina Mercante del ámbito socialista, sobre el que tendrá que decidir el ministro, Secretario de Estado y Secretario General Técnico que nombre Pedro Sánchez.
En la órbita socialista están en ascenso un buen número de candidatos. El primero, el subdirector general Julio Fuentes, persona de sólido prestigio jurídico. Pero también personas como Pilar Tejo, que ya fue un alto cargo en la época socialista, directora gral. de Salvamento Marítimo, 2004-2010, y quién sabe si el director gerente de ANAVE, Manuel Carlier, que quería retirarse de la organización naviera en la Agencia de Seguridad Marítima y que ahora se le abren algunas otras puertas como persona de la órbita del nuevo gobierno.
La nueva Dirección General de la Marina Mercante, eso sí, tendrá que tomar posición sobre la venta de Trasmediterránea, sobre la cual Rodríguez Valero dejó un al parecer un negativo informe a su venta a Armas.