El Real Decreto de la estiba nos ha dejado en pelotas a los estibadores. Está muy bien que aclamemos a Antolín y a Miguel, pero nos han dejado en pelotas por mucho que lo queramos tapar. Todos o ninguno pero todos en pelotas.
Nuestras asambleas se han convertido en darnos calorcito unos a otros, abrazotes y aliento a fuerza del "Todos o ninguno". Pero la realidad es que el Gobierno y la patronal nos ha dejado en cueros, en pelota. Y aquí nos seguimos dando abrazotes y gritando todos o ninguno. Esto es un chiste.
Esto ha estado muy mal llevado, solo falta recordar lo que se decía hace un año para darnos cuenta del revolcón.
Nos han quitado la relación laboral especial que teníamos. No sé si también nos van a haber quitado eso de que éramos trabajadores del mar.
Pero lo que está claro es que vamos a pasar a las filas de las cajeras del super, o las señoras de la limpieza, u sea se las ETTs.
Todo eso de un golpe han suprimido a las empresas para las que trabajamos, las SAGEPS, así, de un golpetazo. Y aquí nadie dice nada. Es algo que no le paso ni a los tíos de las minas. Es como si se hubiesen cargado al Hunosa y le hubiesen dicho que con tres años se disolverá.
O con cualquier empresa pública. Es como si se les hubiese dicho que el Hospital de la Fe, Correos, la Renfe, tenía tres años de vida, que además ya durante el primer año el 25% de los trabajadores podían irse a la calle porque el Real Decreto sólo dice que las SAGEP están obligadas a coger un 75% desde ya, y se le dieran 6 meses para que todo hijo de accionista pudiese coger la puerta y salirse.
Así nos hemos quedado de contentos. Y así nos seguimos mirando el ombligo y dándonos abrazotes y gritando todos o ninguno.