REVISTA PUERTOS Y NAVIERAS - 11/12/2017

El empresario Miguel Rodríguez.

La sombra del poder.

Por Enrique Arraiz-Curbelo.


Basada en el guión de Tony Gilroy, esta producción de Hollywood nos describe cómo en la política así como en el sindicalismo, todo vale en la lucha por el poder, capaz de erradicar a todo aquel que sea contrario a los intereses que se ambiciona.

La trayectoria de Miguel Rodríguez García en el Puerto de Las Palmas desde finales de los años 80 ha sido claramente la de un mandatario sindicalista.

Afiliado a la Confederación Autónoma Nacionalista Canaria, la –CANC- se definía como un sindicato obrero nacionalista canario, socialista autogestionario y partidario del derecho de Autodeterminación del pueblo canario en los años 80.  

Tras la jubilación de la vieja guardia sindical del Puerto de Las Palmas a principio de los años 90, la -CANC- se transformó en la Intersindical Canaria (IC), centrando su “lucha” obrera por el control del Puerto frente a UGT y CC.OO con un eslogan muy peculiar, “o estás conmigo o estás contra mí”, ¡¡¡yo estuve allí!!!.
 
UGT mantuvo representación sindical así como su asiento en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas hasta el 2010 de la mano de Antonio Bueno como vocal durante una década. Con la llegada de Luis Ibarra como presidente del ente público, reformó el consejo de administración eliminando a todo sindicato opositor a Miguel Rodríguez.

“Miguel” entró en el consejo de administración de la AP como representante de Intersindical Canaria en 2007 para convertirse en vocal de Coordinadora en 2011 con la llegada de Luis Ibarra (PSOE).   

Fue cuando Miguel Rodríguez se percató que el modelo de estiba que durante años infló las cuentas corrientes de Coordinadora había quebrado con la denuncia de la Comisión Europea y tenía que echar mano a otras vías para seguir sacando dinero a las empresas portuarias.

En definitiva, la metamorfosis de Miguel y su sindicato ha sido la de transformarse en una sociedad mercantil participada por capital privado para entrar de lleno en el negocio portuario en competencia con el resto de las empresas del sector.

La historia no juzga resultados sino conductas y sin lugar a dudas el voto de Miguel Rodríguez desde su sillón en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria, ha sido pieza clave en muchas decisiones que se han tomado en el Puerto de Las Palmas, algunas nefastas para el resultado de cuentas y la imagen del puerto.

Nunca di crédito a las “habladurías” portuarias sobre el sueldo de 10 mil euros que Miguel recibe cada mes por su “gestión” pero tras conocer muchos datos sobre sus actividades e influencias, da mucho que pensar.

En apenas tres años, Miguel Rodríguez creó, según el BORME nº 135; una sociedad mercantil bajo las siglas de ASEP (Asociación Sindical de Estibadores Portuarios de Las Palmas).

Cinco meses antes de la sentencia del TJUE de diciembre de 2014 contra el sistema portuario español, Miguel Rodríguez creo Docker Global Services, sociedad limitada unipersonal cuyo único socio es la sociedad ASEP, teniendo a él como presidente.

Según el registro mercantil de Las Palmas, es una empresa y lo delata el SIC con que se halla registrada 4469 y el CNAE 5222 es decir, tiene como finalidad comercial la prestación de todo tipo de actividades relacionadas con puertos y muelles sin limitaciones.

Casualmente constituyen el consejo de administración de Docker Global Services, según consta en el BORME, la mayoría de los miembros del comité de empresa de sagep Las Palmas dicho de otra manera, ASEP.
 
A estas alturas, es irrelevante si Miguel Rodríguez se ha servido de la Universidad de Las Palmas, de sus familiares y contactos en ella para promover todo tipo de proyecto de dudosa finalidad que tiene como único objetivo, recaudar subvenciones a todos los niveles, cuantías que nunca se saben a dónde van a parar.

De poco han servido los proyectos iniciados desde 2011 o los programas de colaboración para la formación portuaria con África si realmente no se resuelven los problemas estructurales del Puerto de Las Palmas, sus costes operativos.

Como bien dice el refrán, “en casa de herrero, cuchara de palo” y es que en formación portuaria, no les quieren en ninguna parte, salvo en África donde la imparte a cargo de los fondos FEDER de la unión Europea, a costa de todos los europeos.

Por esa causa, el tráfico portuario en Las Palmas ha caído desde los años 90, justamente cuando se incrementó la plantilla de estibadores casi el doble y con ellos, los costes operativos que no puedo absorber, por ejemplo, la flota pesquera que se mandó a mudar a Marruecos y Mauritania.  

No me cabe la menor duda que Miguel Rodríguez y su “sindicato” ASEP, han querido entrar en el negocio portuario en calidad de empresarios a través de Docker Global Services cuando el recinto canario es un enclave geoestratégico de alto valor económico a éste lado del Atlántico por sus conexiones Norte-Sur así como con África.  

Pero esta reconversión no es gratis. “Docker Global Services” pretende prestar todo tipo de servicios en el ámbito portuario, es cuando aparece la paradoja, ¿se puede ser juez y parte?. ¿Puede Miguel Rodríguez ser presidente de un sindicato y a su vez tomar decisiones en el consejo de administración de la AP como empresario; puede dirigir un Centro Portuario de Empleo o una sagep a día de hoy?.  

Coordinadora aboga por un censo único a través de los centros portuarios de empleo de tal manera que si una empresa portuaria no contrata los servicios de Docker Global Services SL, por ende, se expone a que el comité de empresa boicotee la actividad de dicha empresa mediante huelga de celo o bajo rendimiento, por ejemplo. Es decir, se daña el principio de libre competencia.

Sobre las afirmaciones vertidas por varios medios digitales haciéndose eco de las declaraciones de Miguel Rodríguez; en el seno de la Unión Europa, no se homologan titulaciones como se dice en dichas publicaciones en clara referencia a mi caso. Sólo se acredita o se autoriza a ejercer aquella profesión que esté regulada o armonizada a través de la Directiva 2013/55/UE (actualizada) y que se señalan en el marco común europeo, EQF-MEC y es que en ocasiones, la profunda ignorancia de estos medios en ciertas materias, genera dudas.
 
Se dan las circunstancias que la profesión de estibador no está regulada en España porque no está asociada a ninguna titulación académica, como sí lo está mi caso, Finlandia. Por tanto, puedo ejercer libremente sin requerimientos previos incluso como formador y acreditador como así lo acredita el Ministerio de Empleo y seguridad Social.  

Sin embargo y gracias a la acción incansable de Coordinadora y especialmente de Miguel Rodríguez, soy un parado ilustrado. El problema de estos personajes es que nunca podrán lograr aquello que me hace diferente a todos ellos, mi formación formal y reglada de ámbito comunitario así como mi recorrido profesional.

Por el contrario y como siempre he sostenido, mientras existan las sagep, los estibadores tienen garantizado su puesto de trabajo y todo ello se debe a la testarudez de Coordinadora, a su falta de visión de la realidad y es que nadie está por encima de la ley.

Sobre las acusaciones vertidas por Miguel Rodríguez y los medios asociados a Coordinadora relativas a nuestras supuestas prácticas “fake news”, en mi opinión no se puede enseñar lo que no se sabe y lo que más les molesta a estos personajes es la transparencia.

Nuestra labor como informadores, es excavar donde otros no lo hacen y es lo que más temen, el lado oscuro de su organización, las finanzas.

El problema para estos personajes es que nos hemos convertido en una linterna para muchos en aquellos temas poco claros en el proceso de la reforma, sorprende que a estas alturas, Coordinadora y sobre todo Miguel Rodríguez, pretendan interpretar la ley a su antojo.  

Hago recordar a esos medios fidelizados y según recoge nuestra Constitución, “todo ciudadano tiene derecho a dar y recibir información, art. 20”. Es un derecho fundamental. Por tanto, ser o no ser periodista no es relevante en un sector, el portuario, tan especializado y que se requiere de mucho conocimiento.

Como bien ilustra la foto de éste artículo, desde hace muchos meses, la prensa local se hace eco del “cabreo” monumental que tiene cierta naviera a causa del trato recibido por Miguel Rodríguez y su comité de empresa en su terminal con respecto a otra naviera. En mi opinión, la clave la tiene la CNMC como así hiciera en 2009 contra el IV Acuerdo Marco y si todo quedara en agua de borraja, siempre nos quedará el Reglamento a la espera de la metamorfosis de la estiba.

Enrique Arraiz-Curbelo
Estibador portuario comunitario
Formador acreditado
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