REVISTA PUERTOS Y NAVIERAS - 22/05/2017
Opinión de los lectores.
"A pesar del teatro ganan ellos".
Opinión de los lectores sobre "Todos ganan. Reforma de los puertos. El Gobierno da un paso en la reforma de la estiba. Los estibadores mantienen parte de su status. Y las empresas mejorarán la productividad. Aprobado el Real Decreto de la Estiba. Mensaje de conciliación-presión del líder estibador".
"Una ocasión histórica para racionalizar el servicio de estiba desaprovechada si la Comisión lo acepta. Incluso se da un paso atrás en el ámbito funcional al introducir otra vez los coches nuevos.
A pesar del teatro, como bien decís, ganan todos,ganan ellos. El gobierno, que teóricamente resuelve el problema de las sanciones y prepara el camino de la privatización de los puertos; las empresas que, aunque no inmediatamente, van a engordar sus cuentas de resultados con las bajadas del coste de manipulación".
*ESTA EDITORIAL NO SE RESPONSABILIZA DE LAS DECLARACIONES VERTIDAS POR SUS LECTORES.
NOTICIA OPINADA
19/05/2017
Todos ganan.
El Gobierno da un paso en la reforma de la estiba.
Los estibadores mantienen parte de su status.
Y las empresas mejorarán la productividad.
Aprobado el Real Decreto de la Estiba.
Mensaje de conciliación-presión del líder estibador.
Antolin dice en el Congreso que hay que dar ahora un espacio para la negociación.
La reforma sale adelante con los votos a favor de PP, Ciudadanos y PNV y la abstención de PdeCat.
Ayer el Gobierno logró aprobar un modificado decreto de reforma de la estiba. Un paso adelante que si no concluyente es un paso posibilista. Todavía quedan muchos pasos para liberalizar la estiba pero casi todos los protagonistas se mostraron satisfechos.
Como cuando hay unas elecciones el Gobierno se mostró muy satisfecho aunque cauto para no provocar a los estibadores. Los estibadores a pesar de las manifestaciones dentro del hemiciclo que obligó a expulsar a casi todos, luego se mostraron en un ambiente casi festivo aunque reivindicativo. El toque lo dió Antolín con unas manifestaciones en las que llamaba a sus miembros a "dar un espacio de negociación a las empresas".
La realidad es que ganan casi todos.
El Gobierno que da otro paso para salir de la estiba, un sector en el que era el empleador de último recurso y con importantes pasivos a la espalda, y descarga con ello el problema sobre las empresas.
Los estibadores porque salvan los muebles, ven reconocido una parte de su statu quo y se quedan solos frente a las empresas que juzgan mucho más fáciles de dominar.
Las empresas no se han manifestado en público, pero en privado reconocen que es un avance. Por un lado esperan obtener mejores rendimientos de los estibadores, más productividad, mientras que por otro no se abre la veda para que entre cualquiera.
Dos meses después de que el Congreso de los Diputados tumbara la primera reforma de la estiba, tres años después de que el Tribunal de Justicia Europea fallara contra el sistema español de los trabajadores de la estiba, la Cámara Baja aprobó el Real Decreto para adecuar el sector a la legislación europea. A pesar del dramatismo Antolín Goya ha dicho en un vídeo grabado al pie de la escalinata del Congreso que han doblegado al Gobierno y que ahora tienen que abrir un espacio para el diálogo con las empresas.
Tras la aprobación parece como si los estibadores hubieran ganado la partida. Ambiente festivo, caras sonrientes y declaraciones sorprendentes.
De golpe Antolín su líder ha suavizado el discurso, dice que han "doblegado al Gobierno dos veces", y que ahora hay que dar espacio a las empresas para negociar.
Le pide a los estibadores que sean esos empleados "leales y consecuentes".
Y les dice que se han hecho "modificaciones importantes para nuestros intereses".
"Vamos a tener que abrir un espacio de normalidad con las empresas para poder llegar al acuerdo. Lo vamos a explorar hasta el final y para eso necesito contar contigo", remató.
Han hecho falta muchas horas de negociación, movilizaciones, una dura batalla mediática y un desgaste importante para el ministro de Fomento para que el Real Decreto saliera adelante, aunque en el horizonte se perfilan importantes jornadas de huelga que pondrán en jaque el sistema portuario español. El conflicto con los estibadores todavía no ha acabado.
Pocas veces un asunto ha dividido tanto a la clase política española. Y es que algo que parecía un trámite sencillo, el adecuar la legislación española a la comunitaria tras un fallo del Tribunal de Justicia Europea, se ha convertido en una lucha abierta entre Ministerio, sindicatos, empresarios y partidos políticos. Todos contra todos. Sin embargo, De la Serna consiguió sacar adelante el Real Decreto de la estiba, paralizando la multa de la Unión Europea y cumpliendo con los compromisos que el Gobierno español tiene con la Comisión. Al final, además de negociar con las partes implicadas, el titular de Fomento tuvo que sentarse con la oposición, principalmente con PdeCat, para que con su abstención pudiera salir adelante la propuesta, que fue aprobada por 174 votos a favor y 165 en contra.
"No se puede ser europeo para unas cosas y no para otras", argumentó el ministro de Fomento, que remarcó que este Real Decreto no es fruto de una decisión política o ideológica del Gobierno, sino consecuencia de una decisión del Tribunal de Justicia Europeo en el que el Ministerio ha tenido "un estrecho margen de actuación". Por eso, defendió el Real Decreto porque "mantiene el empleo y mejora la competitividad", buscando una mayor flexibilidad y aprobando un sistema de concesión de ayudas públicas para realizar "una transición ordenada" y no dejar desprotegidos a los trabajadores.
"Somos un país serio", afirmó De la Serna, que puso en evidencia que si no se aprobara el Real Decreto conllevaría "la primera multa por incumplimiento al Reino de España en la historia de Europa" y además haría perder al Gobierno toda su autoridad. "Hemos cumplido al 100% nuestros compromisos", aseguró haciendo mención a la patronal y sindicatos, que acusan al Ministerio de haber hecho oídos sordos a sus compromisos con ellos. Sin embargo, el ministro llamó a la Coordinadora a tener "sensatez, mesura y sentido común" y no ir a la huelga -las jornadas de los paros estaban ya anunciadas varios días antes del pleno- ya que solo traerá "efectos negativos" y llevará a los cargadores a otros puertos. Además, los llamó a negociar los convenios colectivos con la patronal con el fin de proteger aún más los empleos, ya que el Real Decreto los prioriza como forma de garantizar el empleo. "Hemos implantando la base suficiente para que haya estabilidad", sentenció el ministro.
El relato del ministro no convenció aparentemente a la oposición. Ante la versión gubernamental de que la reforma protege el empleo y favorece la competitividad en los puertos españoles, además de poner la legislación española en consonancia con la europea, las fuerzas políticas detractoras del Real Decreto vieron la propuesta como una forma de "vender la soberanía y a los trabajadores" al capital, como aseguró el representante de Bildu, Oskar Matute de Jalón. Vestidos con diferentes camisetas en apoyo a los estibadores, presentes en la tribuna, los representantes políticos de los partidos contrarios a la reforma, casi todos pertenecientes a la izquierda, echaron en cara al ministro su falta de "cintura política" y "de diálogo", en palabras de Rafael Ramos, del PSOE.
"Usted ha escenificado una negociación", aseguró el representante de Podemos. Para la formación morada, el Real Decreto no es más que "un refrito del anterior con el que echar a 6.000 trabajadores en tres años" para aumentar las ganancias "del capital" y mejorar las cuentas de las grandes empresas, ya que ni siquiera tiene el apoyo de los trabajadores ni la patronal. En la misma línea, la representante de Compromis aseguró que en vez de negociar con la partes implicadas, que siempre han mostrado voluntad y altura de miras, el Gobierno se ha dedicado a buscar apoyos políticos para aprobar la reforma. "Un mercadeo de votos", sentenció el parlamentario de Podemos.
Algo más ambiguo fue el representante de Esquerra Republicana de Catalunya, que si bien admitió que el Real Decreto había mejorado bastante desde la primera propuesta, valorando "el esfuerzo del ministro", no pueden dar su apoyo a la reforma porque los trabajadores no están a favor. Una opinión parecida a la de Rafael Ramos, del PSOE, que si bien aseguraba que esta segunda proposición era mucho mejor que la primera, atacó duramente la actitud del ministro, temiendo la misma en los otros conflictos que debe enfrentar el Ministerio Fomento.
Sin embargo, no todo fueron críticas. Pese a la poca indulgencia con la que los aliados políticos del Gobierno en este Real Decreto trataron al ministro, la mayoría defendieron la reforma de la estiba para favorecer la competitividad y la flexibilidad en los puertos, dando a entender que no aprobar la propuesta, además de ir en contra de Europa, implicaría consecuencias muy negativas para el sector de la estiba y los puertos españoles.
"Ha merecido la pena esperar", aseguró con cierta sorna Jiménez Rodríguez, de Ciudadanos, que aplaudió al ministro la inclusión en el Real Decreto de los beneficios sociales para los estibadores con más años de antigüedad. Para el representante del PNV, que en su intervención se permitió ciertas referencias poéticas, lo importante de la reforma es que protege el empleo en los puertos vascos y "equipara al sector a otros segmentos productivos de España". Para el PdeCat, verdadero artífice de la aprobación con su abstención, lo importante es que la tramitación de vehículos no matriculados por los estibadores favorece a los puertos de Tarragona y Barcelona.
Para cuando cerró la sesión el diputado Barrachina Ros, del Partido Popular, el ambiente ya estaba crispado, lo que no le frenó para provocar los ánimos un poco más. Durante su intervención, llevada a cabo con su particular estilo, aseguró que el Real Decreto era la única manera para llevar de nuevo la competitividad a los puertos, ya que solo hay que mirar "al otro lado del estrecho para ver como ha subido el puerto de TangerMed en diez años", una muestra de que a los españoles les falta competitividad. Sin embargo, poco pudo hacer para mantener su discurso, ya que fue interrumpido por los estibadores de la tribuna de forma repetida hasta que la presidenta del Congreso decidió echarlos. No obstante, el testigo lo cogieron los diputados de la oposición, dando lugar a un cruce de acusaciones en las que tuvo que mediar la Presidencia debido al feo tono y el duro carácter de las palabras que unos a otros se dedicaban en un ambiente de los más cirquense.
Al final, la Cámara Baja aprobó el segundo y definitivo reforma de la estiba y no lo hizo con la propuesta de aprobar el Real Decreto como proposición de Ley y poder así incluir enmiendas de los grupos parlamentarios. Se trata de un éxito relativo para el Ministerio de Fomento y su titular, que si bien consiguen aprobar una de las cuentas pendientes más apremiantes de esta y la pasada legislatura y sacan adelante un proyecto que, de no haberse aprobado, hubiera tenido graves consecuencias para la credibilidad de España en Europa, tiene que hacer frente a un importante desgaste político en menos de medio año de gobierno.
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